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ORÍGENES DEL PUEBLO AZTECA

Procedencia: Los Aztecas proceden de un lugar llamado Aztlán, que les da nombre. La ubicación de esta tierra no se conoce hoy en día, aunque se sabe que estaba al norte del lago Texcoco (México). Algunos autores lo sitúan en la periferia de México; otros en lo que hoy son los Estados Unidos. Se piensa que se marcharon de Aztlán por la opresión que recibían, en forma de pago de tributos, por parte de las tribus dominantes de aquella zona; otra teoría, más religiosa, es que marcharon convencidos por Huitzilopochtli (Dios de la guerra, aunque en esa época debía ser simplemente un importante sacerdote) de que debían encontrar un lugar nuevo. De una forma casi mística decidieron buscar su “tierra prometida”, esto les llevó a hacer una peregrinación que duró casi 2 siglos.

Asentamiento en el lago Texcoco, cuestión de fe: Después de casi 2 siglos de errar sin encontrar un lugar en el que echar raíces, se asentaron en el lago Texcoco, fundando en 1325 la ciudad de Tenochtitlán (actual México D. F.). Años antes se habían asentado en Chapultepec, al oeste del lago, dando rienda suelta a su agresividad. No eran vistos con buenos ojos por las tribus vecinas debido a su carácter belicoso y a sus sacrificios humanos. Después de varias derrotas militares contra otras tribus y de problemas por su costumbre de hacer sacrificios humanos en honor a sus dioses, tuvieron que huir, pasaron varios años de persecuciones por parte de sus enemigos. En la huida, arribaron a un islote del lago en el que vieron la señal marcada por Huitzilopochtli: un águila sobre un nopal devorando una serpiente. Esta señal indicó definitivamente el lugar donde debía asentarse la tribu procedente de Aztlán, así, el sacerdote Tenoch, jefe de la tribu, hizo construir y dio nombre a la ciudad de Tenochtitlán.

Lago Texcoco
Lago Texcoco

Consolidación en la zona: A partir de la fundación de lo que sería la gran capital de la civilización azteca, estos comienzan a pagar tributo a los Tepanecas (tribu dominante de la zona) y a servirles como soldados en las batallas de conquista, a modo de mercenarios. El crecimiento de la población azteca, una organización civil y militar superior a las demás y una serie de ayudas y alianzas con otras tribus fueron gestando poco a poco lo que sería un dominio sobre las demás tribus cercanas, que con el tiempo, pasaron a estar sometidas y a pagar tributos a los nuevos amos del “corazón del único mundo”, los aztecas.